Florencia Mercau es la primera futbolista profesional de San Juan. Tras pegar el salto a Buenos Aires pasó por River y hoy defiende los colores del Rojo.
El fútbol estaba en sus genes. Siguiendo los pasos de su hermana melliza Daniela, con la perseverancia que la caracteriza y claro, habilidad bajo los tres palos, Florencia Mercau hoy cumple uno de sus grandes sueños: jugar al fútbol y de manera profesional. Es arquera de Independiente y va por más: la Selección Argentina.
Sus inicios con la redonda vienen de sus ratos de fulbito en potreros de Marquesado, de donde es oriunda. “Mi hermana atajaba, y yo quería hacer lo mismo que ella. Empecé a jugar a los siete años en Marquesado. Me invitaron mis amigas, pero comencé como delantera”, contó en una entrevista con la Secretaría de Deportes.
Sus inicios en el arco ocurrieron de manera insólita. Jugaba los Juegos Binacionales con la selección sanjuanina y a falta de arquera, se animó a ponerse los guantes. Su actuación fue espectacular, al punto que decidió atajar goles que convertirlos. Y así fue escalando hasta llegar a River. “Mi sueño siempre fue jugar en ese club, cuando recibí el llamado no lo podía creer, y cuando se lo conté a mi mamá ella tampoco. Mi cuñado me hizo hincha del `Millo´. Entonces toda mi familia me ayudó a conseguir dinero para el pasaje. Comenzamos a hacer comida para vender, a realizar rifas y los vecinos me apoyaron incondicionalmente.- A todos les estoy eternamente agradecida”, señaló.
Y así fue como se instaló en Núñez. "Me acuerdo de que me acompañó mi hermano y disfrutamos mucho. El entrenador me observó en la prueba que realicé y me confirmó el lugar, junto a cuatro arqueras más. Al principio me costaron mucho los entrenamientos, de gran exigencia, pero disfruté mucho y jugué cinco partidos como titular en 2 años, porque el técnico iba intercambiando las arqueras. Mi debut fue contra Chicago y ganamos 10-0, fue una goleada y no me hicieron ningún gol”, agregó Flor.
También pasó por Racing, antes de su gran arribo curiosamente al Rojo. Certero arribo porque llegó a la institución en medio de la profesionalización del fútbol femenino. Allí, en Independiente, logró su primer contrato profesional. "Me crucé a la vereda de enfrente, al clásico rival, pero estaba muy contenta porque se me abrió una gran puerta, se había profesionalizado el fútbol femenino en AFA, y ya los objetivos eran otros”, agregó Mercau.
Y agregó: “el entrenamiento en el rojo es distinto, hay gimnasio y las instalaciones del club son las apropiadas para trabajar tranquila. Aparte desde que se profesionalizó el fútbol femenino se le dio más importancia”.
Ahora quiere vestir la celeste y blanca. "Voy por buen camino, estoy trabajando para eso. Mi entrenador dice que estoy cerca del combinado nacional, pero yo sigo trabajando con humildad y me esfuerzo mucho”, cerró.
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