Como diría Mirtha Legrand: «Lo que no es puede llegar a ser». Independiente es una montaña rusa constante y lo que ayer a la tarde era un hecho, a la noche se cayó y a la mañana se volvió a levantar.
El miércoles por la noche los dirigentes le habían comunicado a Lucas Pusineri que avanzarían por Federico Martínez y se echarían atrás en la negociación con Ezequiel Muñoz. Pese a las revisiones médicas superadas y a los 150 mil dólares adelantados, la comisión directiva estaba dispuesta a boicotear el pase para cerrar al extremo uruguayo.
El DT reaccionó, hizo notar todo su malestar y presionó fuerte para que el Rojo concrete la llegada del defensor central.
¿Qué sucedió? Apareció de repente el dinero restante para acordar la diferencia en el valor del dólar con el exLanús. El zaguero viajará desde Pergamino hacia Buenos Aires para estampar la firma.
El viernes será presentado en el Estadio Libertadores de América y será el primer refuerzo en toda la era Pusineri. Claro, si es que a esta montaña rusa no le queda un giro más.
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